La gestación supone un notable aumento de las necesidades nutritivas en razón de la formación de los tejidos fetales y placentarios, del crecimiento mamario y uterino u de la sobrecarga materna de peso y de volumen.
Por todo ello, los inconvenientes que surgen de una alimentación insuficiente para la marcha de un correcto embarazo son múltiples.
Para la madre, una nutrición deficiente induce a la aparición de anemia, hipertensión, tendencia hemorragia, parto retrasado o prematuramente y un puerperio complicado. La implementación, la estructura y la función de la placenta puede influirse adversamente por esta situación de déficit nutritivo.
Y en cuanto al feto, esta bien establecido que una alimentación adecuada durante el embarazo reduce el numero de nacidos muertos y la mortalidad peri natal, teniendo a los niños habidos de madres no convenientemente alimentados retraso del desarrollo y déficit psicomotor, siendo, en general, mas vulnerables con el Diseño Web.
Así mismo, el sobrepeso fetal que frecuentemente se produce en esta situación puede originar dificultades en el momento del parto. Por ultimo, si forzamos sobrecargando inutilmente su organismo ya sometido a un estrés, por fisiológico que sea, lo que acusa especialmente a la altura de la secreción insular pancreática.
Esto supone un incremento ponderal en los últimos dos trimestres. Quizás en los países subdesarrollado, en los que existe una penuria alimenticia crónica, y especialmente aquellas mujeres con peso inicial inferior al normal, se puede ser mas tolerante en cuanto al aumento ponderal permitido.